jueves, 24 de julio de 2008

Vida Eterna

Vida Eterna

Hay Más de Ello de lo Que Piensas

Por Andrew Wommack


Una ocasión tuve un empleado que me preguntó cuál era mi enseñanza más importante. No supe cómo responder. Yo pienso que todas son importantes. Todo lo que el Señor me ha mostrado funciona conjuntamente con otras verdades para hacer un todo. Dije que no podría señalar sólo una.

Este hombre había sido salvado milagrosamente de la adicción a la cocaína y él escuchaba mis enseñanzas día y noche. El quería llegar al punto de todo, al núcleo de la Cristiandad. Así que, finalmente me preguntó “Si tu tuvieras sólo una oportunidad para ministrar a una persona, ¿qué enseñarías?”

Todavía tuve que pensarlo por un momento, pero rápidamente vino la respuesta. Yo compartiría el significado de la verdadera vida eterna. Eso podía no sonar muy profundo o ni siquiera fundamental, pero ello es porque la mayoría de la gente no sabe lo que la Biblia quiere decir cuando habla acerca de la vida eterna.

Algunas personas podrían decir, “Vida eterna es vivir por siempre.” Pero no es eso. Nadie cesa de existir cuando muere. Todos viven por siempre ya sea en el cielo o en el infierno. “Bien, entonces, vida eterna debe ser vivir por siempre en el cielo en lugar del infierno.” Pero esto tampoco es.

Juan 3:36 dice,

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se rehúsa a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios vendrá sobre él.”

La vida eterna es una posesión de tiempo presente. No es algo que comience cuando lleguemos al cielo. Hay un sin número de escrituras que hablan de la vida eterna como algo que poseemos en esta vida. (Juan 4:14; 5:24; 6:27; 6:40, 47).

Entonces, la pregunta permanece “¿qué es vida eterna?” Esto es muy importante. Juan 3:16 dice que esta es la razón por la que Jesús vino.

“Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que quién crea en él no muera, mas tenga vida eterna.”

Muchas personas han pensado erróneamente que la meta de la salvación es el perdón del pecado para evitar el infierno. Esto no es lo que Juan 3:16 está diciendo. Ciertamente no perecer en el infierno es una parte importante de lo que Jesús vino a hacer. El lo consiguió a través del pago por todos nuestros pecados, pasados, presentes e incluso aquellos que todavía no hemos cometido.

Si eso fuera todo lo que hay para la salvación, eso es mucho más de lo que cualquiera de nosotros nos merecemos y por ende todavía valdría la pena predicarlo. Pero la salvación es mucho, mucho más que obtener el perdón para nuestros pecados de forma que podamos ir al cielo en vez de al infierno.

Permíteme decirlo de esta forma. Si todo lo que hicieras fuera pedirle a Jesús que te perdone tus pecados para que no perezcas en el infierno, entonces tu estás dejando fuera la vida eterna.

El pecado fue una barrera que se interpuso entre nosotros y un Dios santo. Tenía que ser removido. Eso es exactamente lo que Jesús hizo, y El lo hizo, y El lo hizo bien. El pecado ya no se interpone entre Dios y el hombre (2 Cor. 5:17). Pero ¿qué es a lo que eso nos da derecho?

Ciertamente nos da derecho a vivir por siempre con Dios en el cielo. Eso es maravilloso. Pero hay beneficios tremendos aquí mismo, ahora mismo en la tierra. La vida eterna es uno de esos beneficios.

Jesús definió por nosotros la vida eterna en Juan 17:3. Ese versículo dice:

“Y esta es la vida eterna, que te conozcan a tí, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, quien tu has enviado.”

La vida eterna es conocer a Dios. Tu puedes estar decepcionado con esa definición. Tu piensas que conoces a Dios y que sin embargo no estás satisfecho. Tu quieres que ahí haya algo más. La clave radica en comprender lo que la Biblia quiere decir con esta palabra “conocer.”

Esto se está refiriendo a mucho más que simplemente el conocimiento intellectual. Puede verse en cientos de escrituras de la Biblia, como:“Conoció Adán a su mujer Eva, y ella concibió y dio a luz a su hijo Caín” (Gen. 4:1). Adán no sólo conoció a Eva intelectualmente. Eso no produce niños. El tuvo una experiencia íntima y personal con ella. Esto estaba refiriéndose al conocimiento entre un hombre y una mujer en la forma más íntima posible.

Similarmente, cuando Jesús dijo que la vida eternal era conocer a Dios, Él estaba hablando de tener una relación cercana, personal e íntima con Dios. ¡Eso es asombroso!

Muchas personas creen que Jesús murió para perdonar sus pecados, pero ellos todavía no tienen una relación cercana, personal e íntima con su Padre Dios. Ellos piensan que eso está reservado para el cielo. Ellos se contentan con pasar por la vida cantando canciones acerca de cómo y cuando llegaremos todos al cielo y de qué día tan grandioso será.

Sin quitarle nada al cielo, pero se supone que nosotros debemos tener vida eternal (esa relación cercana, personal e íntima con Dios nuestro Padre y con Jesucristo Su Hijo) ahora mismo.

Jesús dijo en Juan 3:15 que Dios amó tanto al mundo, que El dio a Su único Hijo para que aquellos que creyeran en El no perecieran sino que tuvieran vida eternal. Si todo lo que tú has hecho es creer en Jesús para no irte al infierno, entonces tú te estás perdiendo la vida eterna que el Señor quiere tener contigo ahora mismo.

¿Por qué esto es tan incomprendido? Es porque la iglesia ha cambiado el mensaje de la salvación. Ellos han puesto un punto después de la palabra “perecer” en Juan 3:16. Ellos le han dicho al mundo que la razón por la que Dios envió a Su Hijo era para morir por sus pecados para que ellos no perecieran, PUNTO. Eso excluye el verdadero mensaje de la vida eterna y de la relación íntima con Dios como meta de la salvación.

La fe viene de escuchar la Palabra de Dios (Rom. 10:17). Si nosotros no escuchamos que Jesús vino para regresarnos a la relación íntima con Dios, entonces nosotros no tenemos fe en ello y nosotros no lo experimentamos. Esto describe perfectamente la iglesia moderna de hoy día.

Tenemos muchas personas que han venido al Señor y recibido el perdón por sus pecados, pero ellos están salvados y atorados. Ellos están esperando al cielo para que ellos puedan empezar a vivir realmente. Eso es perderse del punto central de la salvación.

Si no hubiera vida después, si no hubiera cielo ni infierno, Juan 3:16 revela que Jesús de todas manera habría venido y fallecido por nuestros pecados para que nosotros pudiéramos de nuevo tener una relación íntima con El y con Su Padre ahora mismo, en este presente mundo malvado (Gal. 1:4).

Esta fue una de las principales diferencias entre la iglesia del primer siglo y nuestra iglesia moderna. Aquellas personas conocían a Dios íntimamente. Ellos tenían una relación con el Señor que no estaba esperando comenzar en el cielo, sino que estaba funcionando en ellos mientras ellos estaban todavía en este mundo.

Ellos no tenían las ventajas de la radio, la televisión, el internet o cualquier otro medio moderno de comunicación. Ellos ni siquiera alguna vez le pegaron una estampilla de parachoques en un camello. Y sin embargo, estos creyentes pusieron al mundo de cabeza con las verdades del Evangelio en sólo treinta años (Hechos 17:6). Ellos impactaron su mundo mucho más de lo que nosotros estamos impactando nuestro mundo hoy. ¿Por qué?

Ellos tenían tal profundidad de relación con un Dios Viviente que era contagiosa. En Roma, los Cristianos conocían a su Dios tan íntimamente que ellos cantaban Sus alabanzas conforme los quemaban en la hoguera. Hay registros históricos del emperador Nerón tapándose los oídos con sus dedos diciendo “¿Por qué estos Cristianos deben cantar?”

Ellos tenían mucho más que una doctrina y una esperanza. Ellos tenían una relación en tiempo presente que les permitía enfrentar con gozo terribles atrocidades. Hay registros históricos de Romanos, cuando atestiguaban el gozo de estos Cristianos quienes estaban siendo martirizados, rompiendo las filas y corriendo hacia ellos. Ellos sabían que ellos estarían condenados a la misma suerte, pero ellos voluntariamente aceptaban la muerte para que así ellos pudieran conocer a Dios en la misma manera cercana, personal e íntima como la de estos Cristianos.

Permíteme hacerte esta pregunta. No pretendo condenarte, sino iluminarte. ¿Cuántas personas morirían por tener aquello que tu tienes? ¿Tiene alguien envidia de tu relación con el Señor? Si no, entonces yo puedo sugerir que tu no estás experimentando la vida eterna tal como la Biblia la describe y tal como nuestro Señor Jesús murió para dártela.

Esto no es algo para algunos pocos selectos. Esto es la vida Cristiana normal. De hecho, si esta no es tu experiencia, tu no estás viviendo realmente. Esto es lo que condujo al Apóstol Pablo (Fil. 3:10) y a todos los primeros Cristianos. Esto sigue siendo lo que conduce a los Cristianos victoriosos hoy día. Todo se basa en una relación personal con una Persona, no sólo alguna doctrina.

Hay mucho más al respecto que quisiera compartir contigo. Es la base de todo lo que enseño. Pregúntale a mis estudiantes del Charis Bible College. Ellos te dirán que la respuesta a todo es una relación personal e íntima con el Señor. Y las buenas noticias es que el Señor quiere que tu la tengas más que tú.

Por favor ordena mi enseñanza intitulada “Eternal Life.” Esta puede ser una de las más importantes enseñanzas que tu has escuchado alguna vez. Si tu estás listo para que esta vida eternal funcione contigo, esto la hará aún mejor. Cada uno de nosotros puede ir más profundamente en nuestra relación con el Señor.

Una vez que comprendas que la verdadera vida eternal inicia con una relación personal con el Señor, esto te lleva a la pregunta: “¿Cómo empiezo?” Esta es una importante pregunta con una respuesta importante. No tengo espacio para escribirla aquí, pero mi enseñanza “Ministering unto God” va de la mano con “Eternal Life” y te ayudará a iniciar.

Andrew Wommack

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