martes, 17 de junio de 2008

La Realidad de la Fe

"La Realidad de la Fe"
escrito por Andrew Wommack


Muchas personas piensan que la fe es actuar como que algo sea, cuando en realidad no lo es, y que si hacemos eso durante el tiempo suficiente, entonces se convertirá en ello. Pero eso no es todo. La fe es real.

Hebreos 11:1 dice,

"La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.”

Fe es sustancia. Esto está diciendo que la fe es real. Es la evidencia de lo que no se ve. Observa que no dice “de lo que no existe". Sí existen. Sólo que no se ven.

Incluso en el mundo natural, nos damos cuenta de que hay cosas que sí existen que no podemos ver. No podemos ver las señales de televisión, pero sí existen. De hecho, dondequiera que tu estés ahora mismo hay señales de televisión ahí contigo. Si dices que “No las hay” solo porque tu no las puedes ver o escuchar, eso no significa que no existan. Sólo significa que no eres muy listo. Sí existen, sólo que no las ves. Hay realidades que no se ven.

Un televisor puede hacer visibles las señales invisibles. Cuando vemos las imágenes no es cuando se vuelven reales. Estas ya estaban ahí. Un televisor no genera imágenes. El aparato sólo recibe la señal y la convierte en vistas y sonidos que podamos percibir. Pero las señales de televisión ya estaban ahí, antes de que lo encendiéramos.

Probablemente cada persona que lea este artículo alguna vez ha visto la televisión cuando de repente la imagen se fue. ¿Qué hiciste? Apuesto a que no llamaste a la televisora y te quejaste de que hayan detenido la transmisión. La primer cosa que hiciste fue revisar y verificar si todo estaba funcionando en tu aparato de televisión ¿Si había luz eléctrica? ¿Si estaba conectado? ¿Si algún circuito se hubiera fundido? Tu revisaste tu receptor para verificar qué estaba mal con él. Tu confiaste que la estación televisora transmitía 24x7. Tu no lo cuestionaste hasta que eliminaste todos los posibles problemas con tu aparato.

Similarmente, Dios es real y existe. El no puede ser visto. El está transmitiendo Todo su poder y bendiciones 24x7. Nunca es el transmisor de Dios el que está roto. Siempre el problema es nuestro receptor. Si le pedimos a Dios algo y no lo vemos manifestarse instantáneamente la mayoría de las personas se preguntan por qué Dios todavía no ha respondido a su oración. Ellos asumen que es porque ellos no han visto o escuchado nada, nada ha ocurrido. Eso es totalmente incorrecto. Necesitamos tener más fe en Dios de la que tenemos en una estación de televisión.

Hay un ejemplo muy bueno de esta verdad en 2 de Reyes 6. Eliseo, el profeta de Dios, estaba revelando al rey de Israel los planes de batalla de los Sirios. Cada vez que el rey de Siria trató de emboscar al rey de Israel, Eliseo le advirtió al rey de Israel, y él pondría una emboscada a la emboscada del Sirio. Esto ocurrió tan a menudo que el rey de Siria finalmente pidió a sus siervos que le revelaran quién era el traidor. El sabía que el rey de Israel no podría estar maniobrando como lo hacía sin información interna.

Cuando uno de los sirvientes del rey de Siria le dijo que Eliseo, el profeta de Dios, estaba revelando al rey de Israel las palabras que el rey de Siria dijo en sus aposentos, el rey de Siria envoi a sus ejércitos a capturar a Eliseo.

Segunda de Reyes 6:15 dice,

"Al día siguiente se levantó el criado del hombre de Dios para salir, pero el destacamento rodeaba la ciudad, con caballos y carros, y su criado le dijo “¡Ay mi señor! ¿qué vamos a hacer?”

Cuando el sirviente de Eliseo vio las tropas de Siria se apanicó. El sabía por qué estaban ahí. Ellos habían descubierto que Eliseo era el que le estaba diciendo al rey de Israel los planes de batalla del rey de Siria. Ellos estaban en un gran problema. Observa la respuesta de Eliseo a esta situación en 2 de Reyes 6:16: "El respondió: No temas, que hay más con nosotros que con ellos.”

La gente que no cree que existe nada fuera de sus cinco sentidos diría que Eliseo estaba mintiendo. El estaba confesando algo que era aunque realmente no estuviera, esperando que se convirtiera. Pero esta no es del todo la forma. Eliseo habló la verdad. Había más con el que con el ejército Sirio. Es solo que las fuerzas de Eliseo estaban en la realidad no visible.

La clave para comprender esto es reconocer que hay otro ámbito de realidad más allá de este mundo físico. Aquellos que están limitados a sus cinco sentidos siempre lucharán con esto. Ellos piensan que Eliseo estaba mintiendo, y de hecho, el hubiera estado mintiendo si todo lo que existiera fuera este mundo físico. Podrías contra las tropas Sirias por miles y ahí estaban solamente Eliseo y su sirviente. Pero Eliseo no estaba mintiendo porque había otro mundo de realidad. Si tu vieras la imagen completa, el mundo físico y el espiritual, entonces Eliseo estaba en lo correcto. En el ámbito espiritual ahí había alrededor de Eliseo más corceles y carruajes de fuego que los que había en las tropas Sirias.

De acuerdo a la 2 de Reyes 6:17,

"Oró Eliseo y dijo, SEÑOR, abre sus ojos para que vea. Y el SEÑOR abrió los ojos del criado y vio que la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo. "

Los ojos físicos de Gehazi ya estaban abiertos. Dios estaba abriendo sus ojos espirituales. El pudo ver con su corazón dentro del mundo espiritual. Y cuando el mundo espiritual fue tomado en cuenta, entonces la declaración de Eliseo fue perfectamente verdadera.

Aquellos que ven la fe como un intento de hacer real algo que no lo es siempre entrarán en conflicto con aquellos que ven la fe como simplemente hacer que lo que es verdadero espiritualmente se vuelva una verdad física. Aquellos que limitan la verdad a sólo el ámbito físico dirían que Eliseo era uno de esos cultitas de “decláralo y demándalo”, “nómbralo y tómalo”. Pero al decir tales cosas ellos se condenan a sí mismos. Ellos muestran que sólo consideran real aquello que ellos pueden ver, escuchar, saborear, oler y sentir. Esto es lo que la Biblia llama “carnal.”

Los Sirios no desaparecieron cuando los ojos de Gehazi se abrieron. Ellos seguían ahí. La verdad física seguía siendo cierta, pero ahí había una verdad espiritual mucho mayor que emergió. La verdadera fe no niega la realidad física, sólo se rehúsa a permitir que la verdad física domine sobre la verdad espiritual. La verdadera fe somete la verdad física a la realidad de la verdad espiritual.

Dado que Eliseo creía en las realidades del mundo espiritual, el levantó su mano y golpeó a todos los Sirios con ceguera. Luego el condujo a todo el ejercito Sirio cautivos hacia el rey de Israel. ¡Alaba al Señor! Eso no esta mal para un viejo profeta cuya gente carnal diría que lo hizo el solo.

Eliseo no estaba diciendo un ambicioso deseo y deseando que se tornara realidad. El sabía lo que era real en el mundo espiritual y él controlaba sus acciones y emociones como correspondía. No hay ninguna indicación de que Eliseo vio los caballos y los carruajes de fuego alrededor de él. Aquellos que operan en la verdadera fe no necesitan ver con sus ojos físicos. Su fe es evidencia suficiente.

En un retiro había una mujer quien tenía un enorme bocio en su cuello. Ella pasó al frente por oración y supo que ella sabía que estaba sanada. Entonces, se levantó frente a la audiencia y dio testimonio de que su bucio había sanado. Sin embargo el bucio todavía era visible. Pero la gente alabó al Señor, pensando que la sanación se manifestaría por si misma en breve.

Al año siguiente en el mismo retiro, la mujer se levantó y alabó al Señor por su sanación, pero todavía no había ninguna prueba visible. Esto preocupó a muchas personas, pero ellos no dijeron nada. Entonces al siguiente año ocurrió lo mismo. Esto era demasiado para la mayoría de las personas y ocasionó que los líderes del retiro se acercaran a esta mujer para decirle que ella no podía testificar de su sanación hasta que el bocio se hubiera ido.

La mujer le dijo al Señor que ella sabía que El la había sanado y que ella no necesitaba tener resultados visibles para creerlo. Para colmo de los incrédulos, ella le pidió al Señor que físicamente removiera el crecimiento. Este desapareció y la mujer les mostró lo que ella ya sabía que era verdad. Tu puedes ser tan fuerte en la fe. Tu fe es sustancia y toda la evidencia que tu necesitas. La fe es real.

Yo he experimentado esta en mi propia vida. Cuando mi hijo menor, Peter, murió el 4 de marzo del 2001, mi esposa y yo declaramos nuestra fe y dijimos “El primer reporte no es el último reporte” Hablamos de que resucitara la vida nuevamente en el cuerpo de Peter y entonces nos dirigimos hacia el pueblo. El tiempo que transcurrió desde que recibimos la llamada hasta que llegamos a donde estaba Peter fue de una hora quince minutos. Durante ese tiempo, yo estaba operando en fe. Recordé las profecías que todavía no se habían cumplido en la vida de Peter y por lo tanto yo sabía que no era tiempo de morir para Peter. Yo me regocijé por fe, viendo a Peter vivo y bien.

Mi hijo mayor, Joshua, me alcanzó en la puerta y dijo, "Papá, cinco o diez minutos después de que te hablé, Peter simplemente se sentó”. ¡Gracias Jesús! Este es el punto: yo no me regocijé más una vez que ví a Peter levantarse de la muerte, de lo que me regocijé mientras estaba todavía manejando. Durante el trayecto, yo sabía que Peter estaba vivo y me estaba regocijando con todo lo que podía. De hecho fue anticulminante cuando yo ví en lo físico lo que ya había visto en lo espiritual. No me tomes a mal, yo fui bendecido y regocijado de ver a mi hijo levantarse luego de estar muerto por cinco horas. Pero la realidad física no era más real para mí que la realidad espiritual de la fe.

Esta es la manera en la que vivo. Yo se que no es “normal”, pero no voy a obtener resultados “normales” tampoco. Yo he estado creyendo en grande, y ha habido grandes resultados de esa creencia. Cuando nos mudamos a nuestras nuevas oficinas y cuando vimos la bodega terminada eso fue y será anticulminante. Yo estoy viendo todas esas cosas en el espíritu ahora. Cuando ellas se manifiesten físicamente otros van a estar impresionados, pero yo estoy impresionado ahora.

Yo no estoy creyendo en algo que no es real para convertirse en realidad. Yo he visto el ámbito espiritual por fe, y simplemente estoy hacienda que lo que he visto en el mundo espiritual se manifieste en el mundo físico. Todas las cosas que veo con mis ojos físicos ahora, ya las había visto en mi corazón. Las ví en mi interior antes de verlas en el exterior. Esta es una forma maravillosa de vivir. Esta es la vida Cristiana normal. Esto es caminar por fe y no por visión. (2 Corintios 5:7).


Andrew Wommack

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