martes, 17 de junio de 2008

La Fe de Dios

La Fe De Dios
escrito por Andrew Wommack


Sin fe es imposible complacer a Dios (Heb. 11:6), entonces nuestra relación con el Señor depende de ella. La fe es la que nos trae al ámbito físico las cosas que Dios nos ha provisto en el ámbito espiritual (Heb. 11:1). Nuestra fe es la victoria que nos permite vencer al mundo (1 Juan 5:4). Todo lo que el Señor hace por nosotros es alcanzado a través de la fe.


Hoy sin embargo hay mucha confusión acerca de la fe, igual que siempre la ha habido. Es como tener una computadora y conocer su potencial pero no tener ni idea de cómo utilizarla. Muchos de nosotros sabemos lo frustrante que esto es. La Biblia es nuestro manual con instrucciones detalladas, pero igual que en lo natural, pocas personas se toman tiempo para estudiarla realmente. Ellos están tan impacientes y lo quieren hacer por sí mismos. Ellos alcanzarán un cierto grado de éxito, pero para ser realmente proficientes, ellos tienen que leer el libro.


Una de las áreas acerca de la fe con la que la gente tiene más problema es el concepto de que tenemos que adquirir más fe y que algunas personas tienen mucha fe, mientras que otros tienen virtualmente no tienen ninguna. Gastamos mucho esfuerzo, como un perro persiguiendo su cola, en tratar de obtener algo que ya tenemos. Cada Cristiano nacido de nuevo tiene la misma cantidad y calidad de fe que Jesús tuvo. ¡Eso es asombroso!


En Efesios 2:8, Pablo dice,
"Por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios" Es la gracia de Dios la que nos salva, pero no Su gracia sola. Si esto fuera así, entonces todos serían salvados porque la gracia de Dios ha venido a todos los hombres (Tito 2:11).


Tenemos que poner la fe en la gracia de Dios, pero la fe que usamos no es nuestra propia fue humana. Este versículo está diciendo que la fe es el regalo de Dios.


Hay una fe humana que es inherente a todo ser humano y hay una fe sobrenatural de Dios que sólo viene a aquellos que reciben las buenas nuevas.


La fe humana sólo puede creer en lo que ve, prueba, huele, oye o siente y está limitada a los cinco sentidos. Usando la fe humana natural, nosotros no podemos sentar en una silla en la que nunca nos hemos sentado y creer que nos sostendrá. Volamos en aviones y no sabemos plenamente cómo funcionan, no conocemos al piloto, pero nosotros confiamos que todo saldrá bien. Se requiere fe humana, que Dios ya le dio a cada persona.


¿Y qué sería si yo te pidiera que te sentaras en una silla que no puedes ver? O ¿qué sería si la silla no tuviera una pata y se estuviera deshaciendo? Tu no te sentarías en una silla como esa con tu fe humana. ¿Volarías en un avión si tu pudieras ver que el motor se estaba cayendo o que los neumáticos estaban desinflados? Tus sentidos te lo prohibirían.


Sin embargo, en lo que respecta a Dios tenemos que creer en las cosas que no podemos ver. Tu no has visto a Dios o al diablo. Tu no has visto el cielo o el infierno. Tu no has visto el pecado; sin embargo tu no sabrías cómo te verías si tus pecados te fueran quitados. Sin embargo, tu tienes que creer en todas estas cosas para nacer de nuevo. ¿Cómo puedes creer en cosas que no puedes ver? La respuesta es que no puedes creer en las cosas invisibles con la fe humana. Tu necesitas la fe sobrenatural de Dios.


Romanos 4:17 dice, "Dios ... llama a las cosas que no son como si fuesen." La fe de Dios va más allá de la visión. La fe de Dios opera sobrenaturalmente, más allá de las limitaciones de nuestra fe natural.


El contexto de este versículo de Romanos habla de cómo sobrenaturalmente Dios bendijo a Abram y a Sarai con un hijo en su vejez. Abram tenía 100 años y Sarai 91 cuando nació Isaac. El año anterior al nacimiento de Isaac, cuando Abraham todavía no tenía un hijo con su esposa, Dios les dijo que el niño vendría y le cambió el nombre de Abram a Abraham y de Sarai a Sara. Abram significaba “alto padre”, pero Abraham significa “ser populoso, padre de una multitud.” Dios cambió el nombre de Abram y lo llamo padre de una multitud antes de que esto ocurriera. Romanos 4:17 explica esta acción diciendo que "Dios llama las cosas que no son como si fuesen."


Cuando Dios creó el universo, Génesis 1:3 nos dice que El creó la luz en el primer día pero no creó el sol, luna y las estrellas sino hasta el cuarto día de la creación (Gen. 1:14-19). El Señor llamó a la luz primero y cuatro días después creó una fuente para que la luz proviniera de ella. Esa no es la forma natural en la que el hombre hace las cosas. Nosotros somos limitados, pero Dios llama cosas que no están como si lo estuvieran. Eso es sobrenatural.


Ese es el tipo de fe que tenemos que usar para recibir la salvación. Tenemos que creer en Dios, a quien no hemos visto, y creer que nuestros pecados son perdonados, cosa que no podemos probar por ningún medio natural. Se requiere la fe sobrenatural de Dios para recibir la salvación. ¿De dónde la obtenemos? La obtenemos de la Palabra de Dios.


Romanos 10:17 dice, "Así que la ve viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios." Nosotros tenemos acceso a la fe de Dios a través de Su Palabra.


Cuando nosotros escuchamos la Palabra de Dios, el Espíritu Santo la empodera, y si nosotros recibimos la verdad, la fe sobrenatural de Dios entra en nosotros. Éramos tan indigentes que nosotros no podíamos siquiera creer las buenas noticias por nosotros mismos. Dios tuvo que hacer Su tipo de fe disponible para nosotros para que pudiésemos creer en El y recibir Su salvación. Fuimos salvados al usar la fe sobrenatural de Dios para recibir Su gracia.


Una vez que recibimos la fe sobrenatural de Dios en la salvación, no nos deja.
Gálatas 5:22-23 dice, "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, FE, mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley " (énfasis mío). La fe se vuelve una parte permanente en nuestros espíritus vueltos a nacer. Alguna veces usamos la fe de Dios que está presente en nuestros espíritus y otras veces no. La verdad es que, la fe de Dios siempre está presente. No hay falta de fe en ningún Cristiano verdadero. Sólo hay una falta de saber y utilizar lo que Dios ya nos ha dado.


Romanos 12:3 dice, "Conforme a LA medida de fe que Dios repartió a cada uno " (énfasis mío). Dios no nos dio distintas medidas de fe; todos recibimos LA medida de fe. Si yo estuviera sirviendo sopa a muchas personas, y usara el mismo cucharón para servir, entonces ese cucharón sería LA medida. Todos tendrían la misma cantidad de sopa porque yo usaría la misma medida. Así es con la fe de Dios. El solamente uso una medida. Todos los Cristianos nacidos de nuevo recibieron la misma cantidad de fe.


Eso es lo que el Apóstol Pedro dijo en la 2da. de Pedro 1:1; "Simón Pedro, un siervo y un apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra." La palabra Griega que fue traducida "igualmente preciosa" en este versículo es "isotimos," que significa "de igual valor u honor." Tenemos la misma fe que Pedro usó para levantar de la muerte a Dorcas (Hechos 9:36-42) y cuando él hizo que las gentes fueran plenas por simplemente tocarlos con su sombra (Hechos 5:15).


Nosotros también tenemos la misma fe que Pablo tuvo. Pablo dijo en Gálatas 2:20, "Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí. " Pablo no dijo que él vivió por fe EN el Hijo de Dios sino por la fe DEL Hijo de Dios. La medida de fe que Pablo tuvo fue la misma medida que Jesús tuvo. Fue la fe de Jesús. Hay solamente una medida de fe (Rom. 12:3), por ende nosotros tenemos también la fe de Jesús.


Tenemos la misma cantidad y calidad de fe que Jesús tiene, por lo tanto podemos hacer las mismas obras que hizo Jesús, si recibimos esta verdad y empezamos a usar lo que tenemos (Juan 14:12).
Dado que muchos Cristianos no han entendido esto, ellos han gastado su tiempo pidiendo por fe y más fe. ¿Cómo Dios va a responder una oración como esa?


Si yo te doy mi Biblia y entonces tu te volteas y me pides otra vez mi Biblia ¿qué puedo hacer? Probablemente me quede parado ahí en silencio tratando de entender que es lo que te falla.
Esa es la razón por la que no hay respuesta cuando le imploramos a Dios por más fe. Nosotros ya tenemos la misma fe que Jesús tiene.


Nuestro Señor dijo que El nunca había visto una fe más grande que la que manifestó el centurión (Mateo 8:10), y también El habló de la poca fe de Sus discípulos (Mateo 8:26), pero El estaba hablando de cuánta fe El vio. Ninguno de nosotros usa toda la fe que nos ha sido dada.


En ese sentido, algunos de nosotros si tienen más fe que otros, pero técnicamente es la mayor fe la que está exhibiéndose no la que esté funcionando.
A todos se nos dio LA medida de fe.


Esta es una verdad mayor que cambiará tu actitud por completo y los resultados que tu fe produce. Mucha gente no duda que la fe funciona. Ellos sólo dudan en que ellos tengan suficiente fe para que se realice la obra. Si Satanás te cegara a esta verdad, entonces él podría evitar que tú uses la fe que tienes. Comprender esta verdad va a cambiar las cosas radicalmente.


Filemón 1:6 dice, "
Para que la participación de tu fe sea eficaz en el reconocimiento de todo el bien que está en vosotros en Cristo Jesús." Advierte que Pablo no está orando para que Filemón obtenga algo más del Señor. El está orando para que su fe empiece a trabajar conforme él reconoció que ya lo había hecho. La palabra “reconocer” significa "admitir, tener conocimiento o hacer acuse de recibo de." Tú sólo puedes reconocer algo que tu ya tienes. Nosotros ya tenemos la fe de Dios y ésta empezará a trabajar cuando nosotros reconozcamos esto.


Entre más sepas de la fe y cómo funciona,
mejor va a funcionar para tí. Si todo lo que supieras fuera que tienes la misma fe que Jesús tiene, eso removería la desesperanza y te motivaría. La gente eventualmente ve resultados si ellos siguen tratando, pero ellos se dan por vencidos fácilmente porque ellos creen que no tienen lo que se necesita. Eso no es cierto. El Señor nos ha dado todo lo que necesitamos, incluyendo la fe que necesitamos. Nosotros solamente necesitamos reconocer lo que tenemos y empezar a aprender las leyes que gobiernan la operación de la fe de Dios.


Andrew Wommack

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