lunes, 15 de febrero de 2010

Tentación, Lidiando con la

Lidiando Con La Tentación
escrito por Andrew Wommack


Todos enfrentan la tentación. Pero la verdad es que, muy pocas personas lidian efectivamente con ella. Este no debería ser el caso, y no tendría que ser el caso de los creyentes. Hay algunas maneras muy simples y efectivas que deberías conocer, y si tu las pusieras en práctica, yo te garantizo, que tu saldrás ganador.


Se ha dicho: “Fracasa en planear y estarás planeando fracasar.” Esa frase es tan verídica cuando es aplicada a la tentación. Yo no conozco a nadie que se levante en la mañana y ore para fracasar cuando enfrente la tentación, pero yo conozco muchas personas que se levantan cada mañana y fracasan en planear aquello que la Biblia dice que todos nosotros seguramente enfrentaremos. Entonces, lo primero y lo más importante, es que tú debes estar preparado. Eso es tan simple, que tienes que tener la ayuda de alguien para no comprenderlo. Pero, seguramente nosotros hemos tenido mucha ayuda porque muy pocas personas se han tomado el tiempo o han hecho el esfuerzo para prepararse.


La Segunda de Crónicas 12:14 lo dice de esta forma:

“E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar al Señor.”


Se estaba refiriendo a Roboam, el rey de Judá y el hijo de Salomón. El inició como un buen rey que buscaba al Señor. Pero igual que muchas personas hoy día, él no estaba preparado para lo que inevitablemente vendría a su camino. Cuando Satanás arroja la tentación en tu camino, si tu no estás de antemano preparado, es demasiado tarde. Tu probablemente perderás la pelea.


Jesús se preparó a Si Mismo. El invirtió treinta años en estar listo para Su encuentro con el demonio y El empezó preparándose temprano. A la edad de doce, El estaba haciendo preguntas a los doctores de la Ley y asombrándolos con Sus respuestas. Obviamente él había invertido muchas horas leyendo y estudiando las Escrituras. Estoy seguro de que el estudio continuó toda Su vida, pero incluso Jesús necesitaba más.


Antes de que El fuera tentado cara a cara por Satanás, El fue ungido con el Espíritu Santo en Su bautismo por Juan en el Río Jordán. Jesús se fue lleno del poder del Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el demonio.


Ser lleno del Espíritu Santo es una necesidad absoluta para vencer la tentación. Hay muchos Cristianos que recibieron al Espíritu Santo años atrás y no han estado llenos del Espíritu Santo ningún día. No se trata de lo que nos ocurrió años atrás; nosotros tenemos que mantenernos llenos del Espíritu Santo. Una forma de hacer esto es hablar en lenguas regularmente. Judas 1:20-21 dice:

“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.”


Orar en lenguas cimienta en nosotros nuestra fe más santa. ¿Cuántas veces tienes necesidad de tu más santa fe para que te ayude a atravesar cierta prueba, y sin embargo todavía no has usado este don del Espíritu Santo? El versículo 21 también dice que nosotros nos mantenemos en el amor de Dios cuando nosotros oramos en lenguas. ¿Alguna vez le has pedido al Señor que sirva Su Amor en ti? Me imagino que ya lo has hecho, pero esto no dice que oremos de esa manera, dice que nosotros nos tenemos que mantener en el amor de Dios. Nosotros hacemos esto mediante orar en lenguas. Nosotros no le pedimos a Dios aquello que ya nos ha dado, nosotros simplemente nos estiramos en ese amor que ya nos ha encomendado hacia nosotros al orar en lenguas. Este es un don poderoso. Isaías 28:11-12 dice:

“porque en lengua de tartamudos, en lenguaje extraño, hablará a este pueblo. A ellos dijo: «Este es el reposo; dad reposo al cansado. Este es el alivio», mas no quisieron escuchar.”


¿Alguna vez necesitas descansar o refrescarte? Te garantizo que lo necesitas y este versículo dice que orar en lenguas es la forma de obtenerlo. Tenemos un don tremendamente poderoso disponible para nosotros a través del Espíritu Santo, pero pocas personas lo aprovechan. En lugar de ello, le pedimos a Dios que haga lo que El nos dijo que hiciéramos. Necesitamos usar este don de hablar en lenguas para estirarnos hacia arriba, o nos arriesgamos a hundirnos hasta el fondo.


Tu también debes saber quién eres tu. Mateo 4 y Lucas 4 registran la tentación de Jesús en el desierto. Uno de los aspectos más asombrosos de aquellas tentaciones fue que Satanás inició dos de las tres tentaciones con estas palabras “Si tu eres el Hijo de Dios”. Muchas personas han pasado por alto este punto. La tentación real fue el intento de Satanás para hacer que Jesús dudara de quién era El. Esa fue la misma forma en que el atacó a Adán y Eva. La serpiente le dijo a Eva que si ella comiera del fruto prohibido, ella sería como Dios (Gen. 3:5). La verdad es que ella ya era como Dios, pero ella no lo sabía. El primer Adán pecó porque el no sabía quien realmente era. El segundo Adán, Jesús, no pecó, porque El sí sabia quién era el. Conocer tu verdadera identidad en Cristo es posiblemente una de las más grandes defensas que puedes tener contra la tentación.


Justo Jesús había escuchado a Su Padre hablarle a El en una voz audible diciendo,

“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).


También hubo un signo visible de Dios cuando el Espíritu Santo descendió sobre Jesús en la forma de una paloma. Jesús tuvo que anclar Su fe en quién Su Padre dijo que El era. Pero inmediatamente, Satanás vino a El diciendo:

“ --Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (Mateo 4:3).

La tentación real nunca fue acerca de convertir las piedras en pan. Fue un intento de Satanás de manipular a Jesús para que dudara la Palabra de Su Padre y que hiciera algo para probar quién era El. Satanás esta tratando de encontrar y explotar cualquier inseguridad en Jesús.


Cuando tú eras pequeño, estoy seguro de que en algún momento alguien te desafió para que hicieras algo estúpido. El tema real no era si tu podrías hacerlo o no, sino si tu estabas “temeroso” de hacerlo. Y lamento decirlo, muchos de nosotros tomamos el reto e hicimos algo que nos lastimaba o nos avergonzaba sólo para probar que no temíamos. Lo único que exitosamente probamos fue que tanto temíamos a su desaprobación que nosotros no queríamos hacer lo correcto. La respuesta verdaderamente sin miedo habría sido marcharnos, seguros de quienes éramos, ganándonos su respeto en función de nuestro carácter en lugar de en nuestro desempeño.


Satanás estaba desafiando a Jesús —”Si tu realmente eres el Hijo de Dios, si eso que Tu escuchaste del Padre en una voz audible es verdaderamente cierto, entonces pruébalo y convierte esta piedra en pan.” Convertir una piedra en pan no hubiera sido pecado. Hubiera sido pecado si Jesús hubiera dudado de las palabras de Su Padre celestial declarando quien era El y poniendo más fe en lo que un milagro pudiera decir acerca de El. Tú debes saber quién eres si tú quieres vencer la tentación. No importa qué forma tomen las tentaciones de Satanás, todas están encaminadas a ocasionarnos que dudemos quiénes somos.


Es también importante comprender que toda tentación está enraizada en el egoísmo. De hecho, nuestro egoísmo es realmente la playa de Satanás. Jesús le quitó su poder hace dos mil años, entonces la única cosa que nos puede hacer realmente es engañarnos a través de nuestros propios deseos egoístas. La Biblia nos dice exactamente lo que son en la Primera de Juan 2:16:

“porque nada de lo que hay en el mundo --los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida-- proviene del Padre, sino del mundo.”


Y en Santiago 1:14 leemos:

“sino que cada uno es tentado, cuando de su propia pasión es atraído y seducido.”

Satanás está limitado, el engaño es su única arma. Lo único que puede hacer es tratar de engañarnos para que pensemos que Dios realmente no puede o que no llenará nuestras vidas. Cada tentación del enemigo viene empaquetada en la forma de lujuria por la carne, lujuria para los ojos o la soberbia de la vida. Pero todas están diseñadas para engatusarnos y ocasionarnos que dudemos de que Dios cubrirá nuestras necesidades. El egoísmo es siempre la cancha de juego favorita del demonio y cuando el egoísmo rige nuestras vidas, nosotros le abrimos la puerta a sus engañosos esquemas.

Tú no puedes ser tentado, a menos que tu primero lo hayas pensado. Toda tentación está ligada a lo que piensas. Por lo tanto, controla tus pensamientos y controlarás la tentación. Esta es una simple pero profunda verdad. Esta es la razón por la que la mayoría de la gente cae en la tentación. Es como una mujer que no quiere quedar embarazada pero continua tendiendo relaciones sexuales sin ningún cuidado. Tarde o temprano, ella quedará embarazada. Piensa en las cosas equivocadas durante un tiempo suficiente y tarde o temprano caerás en pecado cuando seas tentado.


Filipenses 4:8 dice esto,

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”


La tentación vendrá, pero es difícil para el Diablo engañarte cuando tu mente está fija en esas cosas. Satanás sólo puede trabajar con lo que le des, así que no le des ningún espacio en tu mente. Tú serás capaz de evitar muchas de las tentaciones que enfrentas si pones esto en práctica.


La Palabra es poderosa—úsala. Jesús contrarrestó cada tentación del diablo con la Palabra. Piensa en ello, Jesús era la Palabra, y todo lo que El dijo había sido Escritura y más que suficiente para rechazar al diablo. Sin embargo El dijo: “Está escrito” y luego El citó la Palabra de Dios. Si para Jesús era importante citar la Palabra, es aún más importante para nosotros hacer lo mismo. Debemos conocer la Palabra de Dios para vencer efectivamente la tentación. Eso nos regresa a estar preparados, tú no puedes citar la escritura si no has aprendido, y no hay ningún poder en aquello que tu no conoces o comprendes.


No esperes hasta que estés en medio de una tentación enorme para empezar a pensar en como lidiar con ella; será demasiado tarde. Tómate el tiempo ahora para prepararte a ti mismo para aquellas tentaciones que inevitablemente vendrán a tu camino. Para ayudar, he producido un álbum de cinco partes titulado “How To Deal With Temptation”. En este álbum enseño sobre: estar preparado, saber quién eres, cómo el egoísmo es la playa de Satanás, por qué el hablar la Palabra es tan importante, y cómo la tentación está ligada a tu vida pensante. Estos son todos vitales para comprender y vencer la tentación.



Andrew Wommack

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