martes, 17 de junio de 2008

Nuestra Autoridad Libera el Poder de Dios

Nuestra Autoridad Libera el Poder de Dios
escrito por Andrew Wommack

Existen un número de claves para ver manifestarse consistentemente el maravilloso poder de Dios. Una de las menos comprendidas y por ende rara vez practicado, es el hecho de que la sanación está bajo la autoridad del creyente. Dios ya ha provisto Su poder sanador y lo ha puesto en el interior de cada creyente que ha nacido de nuevo. Depende de nosotros liberar ese poder. Comprender y usar nuestra autoridad es la clave para ver milagros ocurrir.

Mira cómo Pedro y Juan ministraron sanación al hombre tullido en Hechos 3:1-8:

"Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la hora nona. Había un hombre, tullido desde su nacimiento, al que llevaban y ponían todos los días junto a la puerta del templo llamado Hermoso para que pidiera limosna a los que entraban en el Templo. Este, al ver a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, les pidió una limosna. Pedro fijó en él la mirada juntamente con Juan, y le dijo “Míranos.” El les miraba con fijeza esperando recibir algo de ellos. Pedro le dijo “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: En el nombre de Jesucristo, el Nazareno, levántate y anda. Y tomándole de la mano derecha le levantó. Al instante cobraron fuerzas sus pies y tobillos y de un salto se puso en pie y andaba. Entró con ellos en el templo andando, saltando y alabando a Dios. "

Advierte que Pedro no oró por este hombre. El no le pidió a Dios que lo sanara. El dijo, “Tal como yo tengo te doy.” Esto no significa que Pedro fue la fuente de esta sanación. Mira lo que Pedro dijo en Hechos 3:12,

"Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? "

Fue el poder de Dios lo que sanó a este hombre, además ese poder estaba bajo la autoridad de Pedro. Pedro continuo diciendo en el versículo 16 que fue la fe en el nombre de Jesús lo que trajo este milagro. Pero Pedro no le pidió a Dios que sanara este hombre. El creyó que el Señor ya ha hecho Su parte y ha puesto ese poder dentro de él. Ahora era responsabilidad de Pedro el liberar ese poder y eso fue justamente lo que hizo.

El Señor nunca nos dijo que oráramos por los enfermos en el sentido de que le pidiésemos a El que los sanara. El nos dijo que sanáramos a los enfermos. Hay una GRAN diferencia entre las dos. Que tiene que ver con operar en la autoridad que El ya nos ha dado. Mira estos mandamientos que El Señor dio a sus discípulos.

"Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos."(Lucas 9:1-2)
"Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para que los echasen fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia." (Mateo 10:1)
"Y yendo predicad diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia." (Mateo 10:7-8)

Jesús nos dijo que sanáramos a los enfermos no que oráramos por ellos. ¡Qué enunciado tan radical! Esto va a hacer que te echen a patadas de la mayoría de las iglesias hoy, pero esas son las palabras exactas de nuestro Señor Jesucristo. Y esto es precisamente la razón por la que mucha gente no ve los resultados milagrosos por los que están orando. Ellos no están tomando su autoridad y ordenando el poder de Dios, ellos pasivamente le piden a Dios que realice lo que El les dijo que ellos hicieran.

Yo se que esto es contrario a la doctrina popular Cristiana. Constantemente se nos dice que no somos nosotros sino Dios quien es el Sanador, y yo estoy de acuerdo con ello completamente. Pero, también creo que Dios ha puesto Su poder sanador bajo nuestra autoridad y depende de nosotros liberarlo. Si nosotros no tomamos nuestra autoridad y nos volvemos comandantes en lugar de limosneros, el poder de Dios no se va a liberar. Necesitamos tener una renovación radical en nuestro pensamiento sobre este tema.

Hace muchos años un buen amigo mío, Dave Duell, hizo una reunión en África. Era una de las primeras veces que él vio milagros tales como ciegos y sordos sanados. La gente estaba tan emocionada que la gente lo interceptaba conforme él caminaba por las calles, tratando de tocarlo para que ellos pudieran ser sanados. Su primer pensamiento estuvo influenciado por este pensamiento religioso que estoy tratando de cambiar. El pensó, Ellos no deberían estar viéndome a mí. Yo no soy el sanador, es Jesús. El estuvo a punto de detenerlos cuando el Señor le habló. El Señor le dijo, “Dave, ¿te acuerdas cuando yo monté ese burro para entrar a Jerusalén y que toda la gente me recibió con ramos y palmas en el camino mientras gritaban “Hosana”? ¿Qué hubieras pensado si el burrito hablara y dijera, “¡No soy yo! ¡No soy yo!” Eso solo hubiera revelado la arrogancia del burro. Nadie estaba alabando al burro, ellos estaban alabando a Aquel que estaba montado sobre el burro.”

Cuando Dave reconoció que las personas no estaban tratando de tocarlo a él sino a Aquel que él llevaba, él los dejo tocarlo todo lo que quisieran y la gente fue sanada. Esto fue exactamente lo que pasó con los discípulos del primer siglo. Pedro tenía a personas que se alineaban en las calles para que si tan solo su sombra los tocara, ellos serían sanados (Hechos 5:15).

Lee este impresionante pasaje de la Escritura en Isaías 45:11.

"Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos."

¡Qué escritura tan poderosa! ¿Qué es lo que quiere decir el Señor cuando nos dice que lo demos órdenes? Bueno, El ciertamente no quiere decir que nosotros somos más poderosos y magníficos que él y que le podemos mandar. El se refiere, concerniendo a las cosas que El ya ha hecho, El quiere que nosotros tomemos nuestra autoridad y mandemos Su poder.

Es como la electricidad. La compañía generadora, genera el poder y lo entrega en tu casa. No es tu poder, pero está bajo tu control. Tu no puedes llamar a la compañía eléctrica y pedirles que enciendan las luces. ¡No! Ellos no lo harán. Ellos generan el poder, pero está bajo tu control. Tu simplemente mueves el switch en la pared y con ello le ordenas al poder que funcione. ¿Significa esto que tu eres la fuente del poder? ¡Ciertamente no! Tu puedes poner un bulbo de luz en tu boca y nunca encenderá. Tu no eres la fuente del poder, pero tu eres quien está en control de lo que hace el poder. Tu le puedes rogar a la compañía eléctrica todo lo que quieras, pero ellos no moverán el switch por ti. Tu tienes que asumir tu autoridad y reconocer que el poder está bajo tu mando.

Eso es lo que está diciendo el señor. El ya ha sanado a todos los que alguna vez serán sanados. El lo hizo hace dos mil años cuando El soportó nuestras llagas en Su espalda. Entonces El depositó el poder de Su resurrección en cada creyente (Efesios 1:19-20). El ya hizo Su parte, y ahora depende de nosotros hacer la nuestra. Necesitamos tomar la autoridad que El nos ha dado para convertirnos en comandantes en lugar de limosneros. Esta es una verdad poderosa que funciona y es la razón por la que vemos tantas sanaciones milagrosas. Nosotros no estamos solamente orando por los enfermos, estamos sanándolos en el nombre de Jesús.

Sé que esta línea de pensamiento hace surgir tantas preguntas como lo hace en respuestas, por ello he producido la enseñanza La Autoridad del Creyente. Tengo unas enseñanzas radicales en este álbum. Por ejemplo, ¿quién crees que fabricó a Satanás? La mayoría de la gente piensa que Dios hizo a Satanás, pero eso no es así. Dios creó a Lucifer, un maravilloso, poderoso y divino ángel, pero fue la humanidad la que fabricó a Satanás. Hay una diferencia entre crear y fabricar. Esto podría revolucionar el panorama completo que tienes del demonio. Satanás no está usando autoridad sobrehumana o angelical contra nosotros, él está usando la autoridad y poder que fue dado al hombre por Dios. Por ende, Satanás no nos puede hacer nada sin nuestro consentimento y cooperación. ¡Aleluya!

Andrew Wommack

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