martes, 17 de junio de 2008

Tu ¡Ya lo Tienes!

"Tu Ya Lo Tienes"
escrito por Andrew Wommack

El 23 de marzo de 1968 tuve un encuentro milagroso con el Señor que cambió mi vida para siempre. Instantáneamente recibí “conocimiento revelado” que sigo tratando de comprender y comunicar hoy día. Este conocimiento no vino a través de los canales normales de estudio y educación, el Espíritu de Dios me lo impartió sobrenaturalmente.

Cuando yo vine de corazón a corazón con el Señor, yo sólo sabía intuitivamente algunas cosas acerca de Èl. Una de esas revelaciones se ha convertido en el pilar de lo que el Señor ha logrado en mi vida y es una de las verdades más importantes y básicas del Evangelio.

Es el saber que Dios ya ha hecho Su parte. Cuando Jesús exclamó “Todo está cumplido” (Juan 19:30), El quiso decir exactamente eso. Su trabajo en la tierra estaba concluido. La expiación estaba completa. El proveyó todo lo que nosotros pudiéramos necesitar. Nosotros no estamos esperando en El para que nos dé, El está esperando en nosotros para recibir.

El libro de los Efesios está escrito desde la perspectiva de que todo ya es nuestro en Cristo. Y comienza en Efesios 1:3 al decir,

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. “ (el énfasis es mío).

Cualquier bendición que tu pudieras alguna vez necesitar o desear del Señor no es algo por lo que te tengas que esforzar, sino algo que tu ya tienes. Dios hizo la provisión antes de que tu tuvieras la necesidad. Es una simple cuestión de recibir lo que Dios ya ha hecho.

Es enorme el beneficio de comprender y estar seguro de esto. Mata todo legalismo y el desempeño racional y te quita de una enorme carga. ¿Cómo podrías dudar que Dios te dará algo si El ya lo ha hecho?

Cuando Jaime y yo iniciamos siendo pastores en la pequeña iglesia de Seagoville Texas en 1973, yo ni siquiera tenía una Biblia completa. La que yo tenía me la había llevado conmigo a Vietnam y estaba toda gastada y libros enteros me faltaban. Yo decidí que el creer para una Biblia nueva no era una opción --era una necesidad.

Yo tenía que empezar a ver resultados en algún lugar y era ahí mismo. Yo obtendría una Biblia nueva o moriría en el intento. Si yo no pudiera confiar en que Dios me daría los $20 para una Biblia ¿cómo podría confiar en El para ser ministro de la gente acerca de las cosas eternas?

El Diablo sabía lo importante que esto era para mí y me combatió de “pies a cabeza”. Me tomó meses y meses el conseguir el dinero extra para comprar esa Biblia. Durante ese tiempo, no pasaban diez minutos sin que tuviera que batallar con algún pensamiento de incredulidad. El diablo me decía “Nunca la vas a tener. Qué clase de hombre de Dios tu eres. Ni siquiera tienes una Biblia completa. ¿Cómo puedes orar para que la gente sea salva o sana cuando ni siquiera puedes orar para tener una Biblia nueva?”. La batalla fue intensa.

Llegó el día cuando tuve el dinero. Me compre una Biblia nueva que tenía mi nombre grabado y salí de la tienda con mi nueva Biblia bajo el brazo. ¡Yo había vencido! Y ¿sabes qué? Instantáneamente, mis dudas cesaron. Yo estuve luchando con pensamientos negativos constantemente durante meses, pero una vez que lo había conseguido, nunca dudé de que la iba a conseguir.

Tu probablemente estás pensando, Por supuesto que ya no dudabas una vez que lo obtuviste. ¡Sería una locura dudar! Ese es mi punto. ¿Has orado alguna vez para sanarte y luego en tu siguiente pensamiento te preguntabas si realmente alguna vez serías sanado? Eso es porque tu no ves la sanación como algo que ya está hecho sino como algo que tiene que conseguirse todavía.

Primera de Pedro 2:24 dice,

“Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados”” (énfasis mío).

Es un trato ya hecho. De hecho es incorrecto orar por sanación. En lugar de ello, deberíamos solo recibir la sanación que el Señor ya ha proveído. Hay una diferencia entre luchar para obtener la sanación y luchar porque ya hemos sido sanados. La diferencia es la diferencia entre éxito y fracaso.

En Efesios 2:8, Pablo dijo,

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros.”

Nosotros no somos salvados por gracia solamente o por fe solamente, somos salvados por una combinación de las dos. De hecho, la fe no es la verdadera fe bíblica a menos que se use en recibir lo que Dios ya ha proveído por gracia.

Gracia es lo que Dios ya hecho por nosotros, independientemente de cualquier merecimiento o valor de nuestra parte. Si dependiera de alguna bondad de nosotros, entonces no es verdadera gracia. Dios, por gracia, ya ha proveído de todo lo que pudiéramos necesitar.

Nuestra fe no mueve a Dios. Si Dios no se ha movido por Su gracia, entonces nuestra fe no puede obligarle a El. La fe simplemente se apropia de lo que Dios ya ha provisto por gracia. Si El ya ha provisto todas nuestras necesidades por Su gracia, entonces la fe es sólo nuestra respuesta positiva a lo que Dios ya ha hecho -no es algo que conseguimos para Dios nos responda.

Se requiere de una revelación del Espíritu Santo para hacer que estas verdades se tornen vivas dentro de ti. Mucha gente no puede vislumbrarlas porque ellos están atrapados en sus cinco sentidos. Si ellos no pueden verlo, probarlo, olerlo, tocarlo o escucharlos, ellos no piensan que existe. Por lo tanto, cuando alguien les dice que ya están sanados, ellos revisan sus cuerpos físicos con sus cinco sentidos y si no se ve o se siente que están sanados, ellos dicen que no lo están.

Hay muchas cosas que existen que tu no puedes percibir con tus cinco sentidos. Por ejemplo, hay señales de televisión en dondequiera que estés ahora. Tu no puedes verlas ni escucharlas, pero ahí están. Todo lo que tienes que hacer es encender un televisor para recibir la señal y entonces tu verás y escucharás cómo sí existen.

La señal no inicia su transmisión cuando tu enciendes el televisor, estaba siendo transmitida desde antes de que tu lo encendieras. Eso fue sólo cuando la empezaste a recibir. En forma similar el Señor te ha bendecido con TODAS las cosas. Tu vida puede no reflejarlo, pero no se debe a que el Señor no te lo haya dado, es sólo que tu no lo has recibido.

Si tu televisor repentinamente quedara en blanco ¿qué harías? ¿Contactarías inmediatamente a la estación televisora y les apremiarías para que arreglaran su transmisor? No lo creo. Primero revisarías el aparato. Sin embargo, en el ámbito espiritual, los Cristianos están acudiendo constantemente al Señor pidiéndole que arregle Su transmisor en lugar de pedirle a El que trabajo en sus receptores.

Si ellos no ven una manifestación instantánea de su sanación, ellos automáticamente sólo suponen que Dios no los ha sanado. Pocas veces toman en cuenta que probablemente es su recepción la que causa el problema.

Daniel hizo dos oraciones en Daniel 9 y 10. El vio la respuesta a su primera oración mientras el continuaba orando, dentro de aproximadamente tres minutos. Pero en el capítulo diez, pasaron tres semanas antes de que viera respuesta a su oración. Algunas personas pensarían ¿Por qué Dios respondió la primera oración en tres minutos y la segunda oración en tres semanas?

La respuesta a esa pregunta es que Dios no respondió una oración en tres minutos y la otra en tres semanas. El respondió ambas oraciones instantáneamente. En Daniel 9:23, el ángel Gabriel le dijo a Daniel que al principio de su oración, el Señor le ordenó ir a explicarle la respuesta a Daniel. Sin embargo le tomó a Gabriel aproximadamente tres minutos en llegar.

Entonces en el décimo capítulo, el mensajero que vino a Daniel le dijo que desde el primer día en que Daniel oró el Señor lo envió, pero que tuvo dificultades con un poder demoníaco por tres semanas.

¡Dios no era la variable en estas instancias! El respondió ambas oraciones instantáneamente, pero lo que Dios ordenó en el ámbito espiritual tuvo dificultadas para manifestarse en el ámbito físico. Pero ya estaba dado. La verdad es que el Señor ya ha proveído de todo lo que alguna vez necesitemos, pero Su provisión es en el ámbito espiritual.

“Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero conforme al Espíritu de Dios” (Juan 4:24).

Dios se mueve en el ámbito espiritual. Sea que veamos o no manifestarse en el ámbito físico, lo que El ha hecho en el ámbito espiritual no depende de que El lo dé, sino en que nosotros lo recibamos.

Una de las variables el la oposición del demonio. Sin embargo, le damos demasiado crédito al diablo. Algunas personas piensan que al diablo nunca le falla ningún truco. Ellos no están seguros de la fidelidad del Señor, pero ellos están absolutamente convencidos de que el diablo es totalmente fiel..

Sin embargo, el diablo falla todo el tiempo. Algunas veces la manifestación física de lo que Dios ya ha hecho viene con poco esfuerzo. Otras veces puede demorarse, no porque Dios cambie, sino porque el diablo falla algunas veces. Otras veces hay una oposición demoníaca mayor que dificulta la manifestación de lo que Dios ha ordenado.

Tenemos que saber que Dios ya ha hecho Su parte y que cualquier demora en nuestra manifestación no es Su falta. Eso nos mantendrá en fe. Recuerda que la fe es nuestra respuesta positiva a lo que Dios ya ha hecho por gracia.

Esto nos conduce a una Guerra espiritual. Es un tema caliente en el cuerpo de Cristo, pero en mi opinión la guerra espiritual es la enseñanza de la que más se ha abusado en la iglesia hoy día. Es cierto que cada uno de nosotros está involucrado en la guerra espiritual. Negar la batalla no la va a detener -sólo garantiza que la perderás. El único poder de Satanás es la decepción. El no tiene ningún poder físico ni autoridad, excepto el que le demos a el cuando cedemos a sus mentiras.

Esa es una sentencia radical completamente opuesta a las enseñanzas populares sobre la guerra espiritual. Hay muchos proclamando que los poderes demoníacos mantienen a la gente en la esclavitud y que la forma de abrir el camino es interceder, atar aquellos poderes y liberar a la gente. Esto no es lo que la Palabra de Dios enseña.

La Biblia dice,

“Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32).

Saber la verdad es lo que libera a la gente, no el atar al diablo con la oración. No hay un modelo en la escritura para la guerra espiritual en la forma en que se enseña hoy día. Ni Jesús ni sus discípulos enviaron equipos de guerreros de oración a las ciudades para prepararlas para el clima espiritual. Ellos nunca motivaron a los creyentes en el cuerpo para que dedicaran sus vidas a atar los poderes demoníacos. Este es un tema controversial y uno con el que no tengo tiempo de tratar adecuadamente en este artículo, pero ya he profundizado acerca de esto en mi enseñanza intitulada “Tu Ya lo Tienes”.

Si no estás experimentando la abundancia que tu sabes que el Señor quiere que tengas, entonces puedo garantizarte que la revelación que necesitas está en este mensaje. Este es el tipo de enseñanza que tu quisieras o necesitas leer o escuchar una y otra vez hasta que se convierta en verdadero conocimiento de revelación para ti.

Andrew Wommack

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