"Los Efectos de la Alabanza"
escrito por Andrew Wommack
La mayoría de los Cristianos creen que alabar a Dios y estar agradecido es bueno; sin embargo, muchos piensan que es opcional, algo que hacer luego que hayan servido a Dios en otras formas. Algunos Cristianos sólo alaban a Dios cuando sus circunstancias son buenas y ellos tienen una razón para agradecerle. La verdad es que alabar a Dios no es opcional. La alabanza tiene un poderoso efecto en el creyente, el demonio y en Dios. Es nuestro llamado más alto.
En Deuteronomio, Dios pronunció una maldición sobre los niños de Israel: "Por cuanto no serviste al SEÑOR tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas” (28:47). Aún cuando ya no estamos bajo la Ley, este versículo nos dice que Dios quiere que nosotros tengamos corazones gozosos y agradecidos. Jesús era dichoso. Hebreos 1:19 nos dice que alabar a Dios en todo momento es parte de la vida normal del Cristiano: "Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.”
¿Cómo afecta la alabanza al creyente? Cuando alabamos a Dios, estamos reconociendo que no es con nuestros propios esfuerzos los que producen bendiciones y prosperidad. En Deuteronomio, capítulos 7 y 8, los hijos de Israel son instruidos en recordar agradecerle a Dios por la abundancia que ellos recibirán. Dios, no sus propios esfuerzos, les dio bienestar. La alabanza nos hace humildes.
El agradecimiento es también una forma de abundar en fe. En cualquier momento en el que operamos con un alto grado de fe, la alabanza está presente. Colosenses 2:6-7 dice, "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.” Cuando tu estás creyendo en Dios para algo y es completado, la alabanza es una respuesta natural. Lo que algunas personas a menudo descuidan es que ellos pueden aumentar su fe con la alabanza, y sus respuestas vendrán más rápidamente.
Al enfocarte en tus problemas en lugar de alabar a Dios, te conviertes en más egocéntrico y orgulloso. La alabanza te obliga a poner tu atención en Dios y a quitarla de tus problemas. Algunas personas dicen que están orando, pero ellos están tan concentrados en sus problemas que ellos en realidad se están quejando. Si te concentras en la Palabra de Dios, la fe vendrá. ¿Cómo puedes dejar de enfocarte en el problema cuando tu estás en dolor o no tienes dinero? La cosa más importante que puedes hacer es alabar a Dios. Una actitud negativa y quejosa no va a cambiar de la noche a la mañana, pero empezar a alabar a Dios iniciará la transformación en tu actitud. Si tu siempre has sido negativo, tu necesitas practicar el pensar en cosas positivas. Filipenses 4:4 nos dice: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!."
Cuando oramos, deberíamos iniciar con alabanza y terminar con alabanza. La oración del Señor nos da este ejemplo, y en Filipenses 4:6-7 nos dice, "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." Cuando tu ores con agradecimiento, la paz de Dios permanecerá en tu corazón y en tu mente.
La alabanza te edificará espiritualmente y evitará que te derrumbes, “porque el gozo del SEÑOR es nuestra fuerza” (Neh. 8:10). El Apóstol Pablo fue perseguido y sufrió más que la mayoría de nosotros, y sin embargo puso todo en perspectiva en la Segunda de Corintios 4:17-18: "Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de Gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las cosas que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales pero las que no se ven son eternas.” Primero, Pablo dice que nuestra aflicción es sólo por un momento a la luz de
Alabar a Dios no sólo nos afecta a nosotros, también es un arma ponderosa contra el diablo. El Salmo 8:2 dice, "De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo. En el libro de Mateo (21:16), en el tiempo de la entrada triunfal a Jerusalén (Domingo de Ramos), Jesús cita el Salmo 8. Cuando el citó este verso, el intercambió las palabras “perfeccionaste la alabanza ” en lugar de "fundaste la fortaleza." Esta es una tremenda revelación: ¡La alabanza es fuerza (Neh. 8:10)!
Algunas personas están tan involucradas en la Guerra espiritual que su atención está más en el diablo que en Dios. Existe un lugar para luchar y resistir al demonio, pero concentrarse demasiado en el diablo no es bueno. La alabanza es un arma poderosa contra el diablo que no tiene consecuencias negativas. En la 2 de Crónicas 20, Josafat citó a cantantes designados para conducir su ejército en batalla con alabanza al Señor. Cuando ellos entraron en la batalla cantando y alabando a Dios, el Señor puso una emboscada, y sus enemigos fueron derrotados.
¿Por qué la alabanza derrota a Satán? El pecado de Satanás fue los celos hacia Dios. El todavía es movido por los celos hoy día. (Is. 14:13-14). Aún cuando el no puede hacer que la gente lo adore, su objetivo es evitar que la gente adore a Dios. El busca quitarle la atención a Dios. Cuando nosotros adoramos a Dios, frustramos el plan de Satanás. .
Hemos aprendido el poder de iniciar el servicio con alabanza. La alabanza hace que el diablo huya y libera la unción de Dios. Incluso el mundo secular sabe las ventajas de alabanza. La profesión médica dice que una persona que es alegre es más sana que una persona que está mórbida y deprimida. La alabanza detiene la actitud negativa.
La razón más importante para alabar a Dios es que nos ministeria hacia El. Hechos 13 describe una situación en la iglesia de Antioquía. El versículo 2 dice, "Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.” Esta es una declaración impresionante. Ellos ministereaban hacia el Señor. ¿Cómo nosotros ministereamos hacia el Señor? A menudo pensamos que servimos a Dios sólo por ministerear a otras personas. Esto pasó en Mateo, capítulo 8, con la suegra de Pedro. Ella los esperaba y hacía quehaceres del hogar. Es un ministerio; sin embargo, en este caso en Hechos, ellos ayunaban, rezaban y ministereaban hacia el Señor. Ellos adoraban y glorificaban a Dios. Eso también ministeria hacia el Señor.
La verdad es que Dios desea el ministerio. Dios es completo y se contiene a sí mismo, pero El necesita que nosotros le amemos. Cualquier persona que ama tiene necesidad de mostrar su amor y una necesidad de ser correspondido. Esta es la razón de la creación del hombre en primer lugar. En Apocalipsis 4, Juan vio una visión de lo que está ocurriendo en el cielo. El vio veinticuatro ancianos y cuatro criaturas vivientes que no cesaban de alabar a Dios. En el versículo 11, los ancianos dijeron, “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tu creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” Esto nos dice que el propósito original y actual de la creación de Dios es para Su placer. Dios nos creó para estar pleno de alabanza, gozo y agradecimiento. El es bendito por Su creación.
A menudo somos tan orientados a servir que pensamos que tenemos que ministerear a los demás o trabajar en la iglesia para bendecir a Dios. Creemos que nuestra valía ante Dios es nuestro servicio. Se nos olvida de que si bendice a Dios, no requiere tocar a nadie más. El añora conocernos personal e íntimamente. Hay cientos de ocasiones en la Escritura donde Dios solicita nuestra alabanza. El salmo 100:4 dice que nosotros deberíamos "Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre."
Yo me case con Jamie porque la amaba y quería compartir mi vida con ella. Jaime es una excelente ama de cada y mantiene limpia la casa, lo que bendice a nuestra familia. Sin embargo, si ella se ocupara más de la casa que de mí, ello cesaría de ministerearme. De la misma manera en nuestra relación con Dios. El servicio no es un substituto de una relación con Dios.
Nuestra prioridad número uno debe ser amar a Dios personalmente. Alabar es entregarte a Dios -una comunión íntima con El. Si nosotros alabamos y buscamos a Dios primero, durante nuestro tiempo de oración, otras cosas se nos darán por añadidura. (Mateo 6:33)
Juan 3:16 nos dice que Dios nos dio a Su Hijo para que pudiéramos tener vida eterna. Los Cristianos frecuentemente piensan que la vida eterna comienza cuando te mueres y vas al cielo, pero Juan 17:3 nos lo dice diferente. La vida eterna es ahora. Conocer a Dios íntimamente es la vida eterna. La alabanza es una manera de iniciar esta relación amorosa con Dios.
"Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. "(Heb. 13:15).
Andrew Wommack
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