martes, 17 de junio de 2008

Cómo Fluir en los Dones del Espíritu Santo

Cómo Fluir En Los Dones Del Espíritu Santo

escrito por Andrew Wommack

Yo creo que una de las principales razones por las que el cuerpo de Cristo no ha tenido un mayor impacto en nuestra generación hoy día es por nuestro fracaso en operar en los dones del Espíritu Santo.
Sin duda Jesús y los primeros apóstoles usaron esos dones como una campana, llamando a los hombres a su mensaje y confirmando que Dios era verdaderamente Aquel hablando a través de ellos.

Hebreos 2:3-4 dice,

"¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y dones del Espíritu Santo según su voluntad."
El Señor dio testimonio de la veracidad de su mensaje mediante los milagros y dones del Espíritu Santo.

En Marcos 16:17-18, Jesús dijo que todos los verdaderos creyentes fluirían en lo milagroso:

"Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, ellos hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes con las manos y si bebieran cualquier cosa mortífera, no les hará daño; pondrán manos sobre los enfermos y sanarán."
Si una vida Cristiana no es sobrenatural, es superficial.


Marcos continua diciendo que los mensajes basados en la Palabra de Dios serían confirmados por los signos procedentes:

"Y el Señor, después que les habló fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que las seguían. Amen."


Incluso Jesús dijo,
"Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis "
(Juan 10:37).
Ese es un enunciado fuerte. Si aplicamos este estándar a los ministros de hoy día, a muchos no se les creería.

La gran mayoría de la predicación que se hace en el nombre del Señor hoy día, se hace sin el poder del Espíritu Santo manifestándose a través de los dones del Espíritu Santo. Esta no es la forma en que el Señor pretendió que fuera.

Las denominaciones de “primera línea” han desarrollado doctrinas para lidiar con esta obvia discrepancia. Sin embargo, independientemente de lo racional, es absurdo pensar que podemos ser efectivos sin el poder del Espíritu Santo confirmando la predicación de la Palabra de Dios. Si Jesús y los primeros apóstoles necesitaban validar su prédica, ¿cómo podemos nosotros hacer menos?

Incluso las iglesias no-denominativas se han alejado de ministrar en los dones del Espíritu Santo.
Los dones que operan en la mayoría de las iglesias “llenas de Espíritu” son simplemente palabras de exhortación y profecía. Hay mucho más.

El Señor ha usado los dones del Espíritu Santo grandiosamente en mi vida y ministerio para confirmar Su Palabra. Contadas son las veces en que las personas continuaron escépticas después de oír mi enseñanza, pero la demostración del poder de Dios a través de sus dones los convirtió en creyentes. Es como si la enseñanza llenara sus bocas con la Palabra de Dios, entonces los dones del Espíritu Santo les da una palmada en la espalda haciendo que se la engullan. ¡Aleluya!

Uno de los pasos más importantes para fluir en los dones del Espíritu Santo es desearlos vehementemente. Pablo lo dijo en la 1 de Corintios 12:31,

"Procurad, pues, los mejores dones."
El repitió ese pensamiento en 1 de Corintios 14:1 cuando dijo,

"Procurad (desead) los dones espirituales."
Otra forma de decir esto es, mientras tu puedas vivir sin fluir en los dones del Espíritu Santo, lo harás. Tu tienes que buscar estos dones con todo tu corazón (Jer. 29:13).

También es muy importante comprender que los dones del Espíritu Santo siempre están fluyendo. Dios no los “enciende” y “apaga”. Somos nosotros quienes estamos “encendidos” o “apagados”. Para mucha gente este es un enunciado asombroso y uno que raya en blasfemia para algunas personas, pero este enunciado es verdad. El Señor está siempre listo para fluir a través de nosotros en los dones del Espíritu Santo.

Es como orar en lenguas. Una vez que tenemos el bautismo del Espíritu Santo, no tenemos que esperar a que llegue a nosotros la unción del Espíritu Santo para hablar en lenguas. Podemos orar en lenguas en cualquier momento. No somos nosotros los que encendemos al Espíritu Santo. El Espíritu Santo está siempre encendido y dándonos la habilidad de hablar en lenguas. Por lo tanto, cada vez que nosotros nos encendemos, el don de lenguas está ahí para permitirnos comunicarnos con nuestro Padre celestial. ¡Alabado sea el Señor! Y esa es la manera que opera con todos los dones.

Recuerdo una vez que estaba enseñando estas líneas en nuestro Charis Bible College. Uno de los estudiantes dijo, "Entonces, ¿estás diciendo que tu puedes fluir en los dones del Espíritu Santo en cualquier momento? " Yo respondí, "Es correcto y te lo probaré." Entonces yo empecé a caminar por cada pasillo y simplemente empecé a “leer el correo” de los estudiantes. Yo les estaba diciendo a ellos cosas que tenían que venir del Espíritu Santo. Fue impresionante.

Ninguno ha recibido todo lo que el Espíritu Santo les tiene.
Por ello, el Señor siempre está buscando liberar más hacia nosotros a través de Sus dones sobrenaturales. En el momento en que nos ponemos en modo de ser Su canal, Sus dones fluirán. La vieja doctrina “Pentecostal” de que la unción viene y va no es una verdad del Nuevo Testamento. La Primera de Juan 2:27 dice,

"Pero la unción que recibisteis de El permanece en vosotros."

Otra gran verdad acerca de fluir en los dones del Espíritu Santo es lo que John Osteen ha llamado “el flujo divino”. Y está basado en: “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Entonces, cada vez que discernimos el amor de Dios fluyendo a través de nosotros hacia alguien, es Dios alcanzándolos a través de los dones del Espíritu Santo. Todo lo que tenemos que hacer es seguir ese flujo mediante la fe.

Una ocasión cuando estaba pastoreando una pequeña iglesia en Pritchett, Colorado, mi corazón se fue hacia una mujer que estaba en el fondo del salón. Nunca la había visto antes y no había nada natural que me llamara hacia ella. Era sólo el amor de Dios fluyendo a través mío hacia ella. Sólo basándome en ese amor, le dije que Dios tenía una palabra para ella. Yo no tenía ni media palabra que decirle a ella, pero yo sabía que era el amor de Dios el que estaba fluyendo y por ende, Dios y Sus dones estaban fluyendo hacia ella. Yo empecé por sólo decirle “Dios te ama”. Dios entonces inundó mi mente con cosas para ministrar a esa señora.

Fue una larga palabra del Señor, pero específicamente le dije acerca de todo el pesar que ella sentía por la pérdida de alguien y que estaba confundida acerca de por qué Dios lo permitió. Yo me mantuve diciéndole “No fue Dios quien lo permitió. Fue el Destructor.” Yo dije eso muchas veces. Ella rompió en llanto y fue realmente ministrada.

Después del servicio, ella me dijo que ella recientemente había perdido a su hijo por leucemia. Ella y su esposo creyeron que Dios permitió esa enfermedad. Pero justo antes de que su hijo muriera, él tuvo una visión, vio un demonio enorme sobre su pueblo, y el Señor le dijo que el nombre de ese era el Destructor. Ellos no sabían cómo interpretarlo hasta que yo les hablé a través de los dones del Espíritu Santo y puso todo en orden. Ellos fueron liberados.

Esta era la palabra de conocimiento y la palabra de sabiduría en operación. Dios me dio el conocimiento de lo que había pasado y luego me dio las palabras de sabiduría para instruirles en cómo manejar esa pena. Todo esto vino puesto que yo seguí el amor que sentí en mi corazón.

Esto nos ha pasado a todos nosotros, pero la mayoría de las veces no entendemos que es un don del Espíritu Santo y nos perdemos una oportunidad. Yo aprendí esto a la mala.

Había
un hombre que fue mi director juvenil cuando yo era un muchachito. El dejó nuestra iglesia Bautista antes de que yo fuera adolescente y yo escuché cómo el fue bautizado en el Espíritu Santo y estaba viendo ocurrir grandes milagros. El tenía un salón en su iglesia que estaba lleno de sillas de ruedas, muletas y andaderas de la gente que se sanaba y ya no las necesitaba.

Durante un periodo de tres o cuatro meses, yo a menudo pensaba sobre este hombre. Usualmente era mientras yo estaba en oración que él me venía a la mente, y yo sentía la compasión de Dios hacia él. Entonces sólo me preguntaba que estaría ocurriendo con él y luego descartaba esos pensamientos. Más tarde, me enteré que murió un accidente raro donde una hormiga roja le mordió el pulgar.

Tan pronto como supe de su muerte, supe que la razón por la que yo lo pensaba tan a menudo es porque el Señor estaba tratando de que yo intercediera por el.
Una década más tarde, conocí al hijo de este hombre y le confesé mi fracaso en orar por su papá. El me dijo que yo era al menos la doceava persona que le decía una historia similar. El Señor ha impresionado a muchos de nosotros por interceder por este hombre, pero ninguno de nosotros reconoció que era el Señor.

Es imperativo que aprendamos a reconocer y fluir en los dones del Espíritu Santo. No es sólo una bendición para nosotros, sino que las vidas de otras personas pueden depender de ello. Tu estás cargando el milagro de alguien. No lo dejes dentro de ti. Tienes que aprender a liberarlo.

Hay mucho más que el Señor me ha mostrado acerca de fluir en los dones del Espíritu Santo. Este artículo no se aproxima a cubrir todo el material que tengo en las series entituladas How To: Flow in the Gifts of the Holy Spirit. Realmente te animo a que obtengas esta enseñanza y comiences a moverte sobrenaturalmente en una nueva manera por completo.

El nuevo álbum de tres partes está enlazado con ejemplos personales de cómo el Señor me ha usado en los dones. Comparto cómo aprendí a reconocer y responder a los dones de Dios en una forma tan práctica que sé que te ayudará a que tú hagas lo mismo.
Es una enseñanza muy práctica acerca de un estilo de vida sobrenatural. ¡Es asombroso!

Andrew Wommack

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